Le tandió la nota de la profesora Umbridge. La profesora McGonagall la tomó, frunciendo el ceño, la abrió con un golpe 259
de varita, la desenrolló y comenzó a leer. Sus ojos pasaron muy deprisa de un lado a otro entre sus gafas cuadradas, mientras leia lo que Umbridge había escrito y con cada linea se fueron estrechando
-Entra aquí Potter
La siguió hacia en interior de su despacho. La puerta se cerró automaticamente tras él.
-¿Y bien? –dijo la profesora McGonagall mirandolo -¿Es esto cierto?
-¿Si es cierto el que? –preguntó Harry, más agresivamente de lo que hubiera querido -¿Profesora? –añadió en un intento por sonar más educado
-¿Es cierto que chillaste a la profesora Umbridge?
-Sí –dijo Harry
-¿Le llamaste mentirosa?
-Sí
-¿le dijiste que El-que-no-debe-ser-nombrado había vuelto?
-Sí
La profesora McGonagall de sentó tras su mesa, mirando atentamente a Harry. Entonces dijo
-Coge una galleta Potter
-que coja..¿que?
-Coge una galleta –repitió impaciente, señalando una lata que estaba sobre uno de los montones de papeles de la mesa –Y
sientate
En una ocasión anterior, cuando Harry esperaba ser regañado por la Profesora Mcgonagall,
ella lo había apuntado en el equipo de Quidditch de Gryffindor.
Se sentó en una silla enfrente de ella, con un pastel de jenjibre, sintiendose tan confundido como aquella vez.
La Profesora McGonagall dejó la nota de la Profesora Umbridge y miró muy seria a Harry
-Potter, debes ser más cuidadoso
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Harry tragó un trozo de pastel de jenjibre y la miró. Su tono de voz no era el normal; no era energico, fresco y severo; era grave y preocupado.. y mucho más humano de lo normal
-Portarte mal en las clases de Dolores Umbridge puede costarte mucho más que puntos o un castigo...
-¿que quiere decir..?
-Potter, usa tu sentido común –dijo la profesora McGonagall, volviendo a su tono habitual –Sabes de donde viene ella, deberías saber a quien está informando
La campana que marcaba el fin de clase sonó. Legaron miles de ruidos de los estudiantes que salían
-Aquí dice que te ha castigado todas las tardes de esta semana, empezando mañana –dijo la profesora McGonagall mirando otra vez la nota.
-¡Todas las tardes de esta semana! –repitió Harry horrorizado –
Pero profesora ¿usted no podría..?
-No, yo no puedo –dijo rotundamente
-Pero..
-Ella es tu profesora y tiene derecho a castigarte. Debes ir a su despacho mañana a las 5 en punto por primera vez. Y recuerda: ten cuidado con Dolores Umbridge
-¡Pero estoy diciendo la verdad! –dijo Harry escandalosamente –
Voldemort ha vuelto, usted sabe que es cierto; el profesor Dumbledore sabe que es así...
-¡Por el amor de dios Potter! –dijo la profesora, colocandose bien las gafas (ella había hecho un
gesto horrible cuando usó el nombre de Voldemort) -¿Piensas que todo esto trata sobre si mientes o dices la verdad? ¡Se trata de que escondas la cabeza y pongas tu furia bajo control!
Ella se levantó y Harry tambien lo hizo.
-Coge otra galleta –dijo con irritación, ofreciendole la lata
-No, gracias –dijo friamente
-No seas tonto
Él tomó una
-Gracias –dijo de mala gana
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-¿oiste el discurso de Dolores Umbridge en el banquete de principio de curso, Potter?
-Si –dijo Harry –Si..ella dijo…que los adelantos se prohibirían o....bien, significa que... que el Ministerio de magia está intentando interferir en Hogwarts.
La profesora McGonagall lo miró atentamente durante un momento, entonces suspiró, bordeó su mesa y abrió la puerta
-Bueno, me alegro de que escuches a Hermione Granger de todos modos -le dijo ella cuando salió de su oficina
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La cena en el Gran Comedor esa noche no fue una experiencia placentera para Harry. La noticia de su competencia a gritos con Umbridge había viajado excepcionalmente rápido, aún para los estándares de Hogwarts. Oía murmullos todo alrededor, cuando se sentó a comer entre Ron y Hermione. Lo más notorio era que ninguno de los que susurraban parecía interesarle en lo más mínimo en que escuchara lo que decían de él. Por el contrario, era como si esperaran que se enojase nuevamente y comenzara a gritar, así podrían obtener su versión de la historia, de primera mano.
"El dice que vió morir a Cedric Diggory..."
"Reconoce que se batió a duelo con Ya-Saben-Quién..."
"Salvándose..."
"¿Quiénes, según el, consideran que miente?"
"Lo que no entiendo," dijo Harry con los dientes apretados, dejando a un lado cuchillo y tenedor (Sus manos temblaban demasiado para mantenerlos derechos), "es porqué todos 262
creyeron la historia dos meses atrás cuando Dumbledore la contó..."
"El hecho, Harry, es que no estoy segura de que lo hayan hecho,"
dijo Hermione ceñudamente. "Oh, vámonos."