Читаем Marina полностью

Durante un tiempo llegamos a sospechar que Kolvenik había muerto o había huido al extranjero, y que todo aquello era una farsa. Shelley seguía alegando que Kolvenik había contraído una extraña dolencia que le mantenía confinado en su mansión. No podía recibir visitantes ni salir de su refugio bajo ninguna circunstancia; ése era su dictamen.

– Ni nosotros, ni el juez lo creíamos. El 31 de diciembre de 1948 obtuvimos una orden de registro para inspeccionar el domicilio de Kolvenik y una orden de arresto contra él. Gran parte de la documentación confidencial de la empresa había desaparecido. Sospechábamos que se encontraba oculta en su residencia. Habíamos amasado ya suficientes indicios para acusar a Kolvenik de fraude y evasión fiscal. No tenía sentido esperar más.


– El último día de 1948 iba a ser el último en libertad para Kolvenik. Una brigada especial estaba preparada para acudir a la mañana siguiente al torreón. A veces, con los grandes criminales, uno debe resignarse a atraparlos en los detalles…


El puro de Florián se había apagado de nuevo. El inspector le echó un último vistazo y lo dejó caer en una maceta vacía. Había más restos de cigarros allí, en una suerte de fosa común para colillas.

– Esa misma noche, un pavoroso incendio destruyó la vivienda y acabó con la vida de Kolvenik y su esposa Eva. Al amanecer se encontraron los dos cuerpos carbonizados, abrazados en el desván…

Nuestras esperanzas de cerrar el caso ardieron con ellos. Nunca dudé de que el incendio había sido provocado. Por un tiempo creí que Benjamín Sentís y otros miembros de la directiva de la empresa estaban detrás.

– ¿Sentís? -interrumpí.

– No era ningún secreto que Sentís detestaba a Kolvenik por haber conseguido el control de la empresa de su padre, pero tanto él como los demás tenían mejores razones para desear que el caso nunca llegase a los tribunales. Muerto el perro, se acabó la rabia. Sin Kolvenik, el puzzle no tenía sentido. Podría decirse que aquella noche muchas manos manchadas de sangre se limpiaron al fuego. Pero, una vez más, como en todo lo relacionado con aquel escándalo desde el primer día, nunca pudo probarse nada. Todo acabó en cenizas.

– Todavía hoy, la investigación sobre la Velo Granell es el mayor enigma de la historia del departamento de policía de esta ciudad. Y el mayor fracaso de mi vida…

– Pero el incendio no fue culpa suya -ofrecí.


– Mi carrera en el departamento quedó arruinada. Fui asignado a la brigada antisubversiva. ¿Sabéis lo que es eso? Los cazadores de fantasmas. Así se les conocía en el departamento. Hubiera dejado el puesto, pero eran tiempos de hambre y mantenía a mi hermano y a su familia con mi sueldo. Además, nadie iba a dar empleo a un ex policía.

La gente estaba harta de espías y chivatos. Así que me quedé. El trabajo consistía en registros a medianoche en pensiones andrajosas que albergaban a jubilados y mutilados de guerra para buscar copias de "El capital" y octavillas socialistas escondidas en bolsas de plástico dentro de la cisterna del inodoro, cosas así…

– A principios de 1949 creí que todo había acabado para mí. Todo lo que podía salir mal había salido peor. O eso creía yo. Al amanecer del 13 de diciembre de 1949, casi un año después del incendio donde murieron Kolvenik y su esposa, los cuerpos despedazados de dos inspectores de mi antigua unidad fueron hallados a las puertas del viejo almacén de la Velo Granell, en el Borne. Se supo que habían acudido allí investigando un informe anónimo que les había llegado sobre el caso de la Velo Granell. Una trampa. La muerte que encontraron no se la desearía ni a mi peor enemigo. Ni las ruedas de un tren hacen con un cuerpo lo que yo vi en el depósito del forense… Eran buenos policías. Armados. Sabían lo que hacían. El informe dijo que varios vecinos oyeron disparos. Se encontraron catorce casquillos de nueve milímetros en el área del crimen.

Todos ellos provenían de las armas reglamentarias de los inspectores. No se encontró ni un solo impacto o proyectil en las paredes.

– ¿Cómo se explica eso? -preguntó Marina.

No tiene explicación. Es sencillamente imposible. Pero ocurrió… Yo mismo vi los casquillos e inspeccioné la zona.


Marina y yo intercambiamos una mirada.

– ¿Podría ser que los disparos fueran efectuados contra un objeto, un coche o un carruaje por ejemplo, que absorbió las balas y luego desapareció de allí sin dejar rastro? -propuso Marina.

– Tu amiga sería una buena policía. Ésa es la hipótesis que manejamos en su momento, pero aún no había evidencias que la apoyasen. Proyectiles de ese calibre tienden a rebotar sobre superficies metálicas y dejan un rastro de varios impactos o, en cualquier caso, restos de metralla. No se encontró nada.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Люди августа
Люди августа

1991 год. Август. На Лубянке свален бронзовый истукан, и многим кажется, что здесь и сейчас рождается новая страна. В эти эйфорические дни обычный советский подросток получает необычный подарок – втайне написанную бабушкой историю семьи.Эта история дважды поразит его. В первый раз – когда он осознает, сколького он не знал, почему рос как дичок. А второй раз – когда поймет, что рассказано – не все, что мемуары – лишь способ спрятать среди множества фактов отсутствие одного звена: кем был его дед, отец отца, человек, ни разу не упомянутый, «вычеркнутый» из текста.Попытка разгадать эту тайну станет судьбой. А судьба приведет в бывшие лагеря Казахстана, на воюющий Кавказ, заставит искать безымянных арестантов прежней эпохи и пропавших без вести в новой войне, питающейся давней ненавистью. Повяжет кровью и виной.Лишь повторив чужую судьбу до конца, он поймет, кем был его дед. Поймет в августе 1999-го…

Сергей Сергеевич Лебедев

Проза / Современная русская и зарубежная проза / Современная проза
Дива
Дива

Действие нового произведения выдающегося мастера русской прозы Сергея Алексеева «Дива» разворачивается в заповедных местах Вологодчины. На медвежьей охоте, организованной для одного европейского короля, внезапно пропадает его дочь-принцесса… А ведь в здешних угодьях есть и деревня колдунов, и болота с нечистой силой…Кто на самом деле причастен к исчезновению принцессы? Куда приведут загадочные повороты сюжета? Сказка смешалась с реальностью, и разобраться, где правда, а где вымысел, сможет только очень искушённый читатель.Смертельно опасные, но забавные перипетии романа и приключения героев захватывают дух. Сюжетные линии книги пронизывает и объединяет центральный образ загадочной и сильной, ласковой и удивительно привлекательной Дивы — русской женщины, о которой мечтает большинство мужчин. Главное её качество — это колдовская сила любви, из-за которой, собственно, и разгорелся весь этот сыр-бор…

Карина Пьянкова , Карина Сергеевна Пьянкова , Сергей Трофимович Алексеев

Любовное фэнтези, любовно-фантастические романы / Проза / Современная русская и зарубежная проза / Самиздат, сетевая литература / Современная проза