sucedido con los molinos de viento, f'acilmente creer'ia que una
labradora
cualquiera era la se~nora Dulcinea.Cuando, por la tarde, Sancho se levant'o para subir en el asno, vio
que se acercaban hacia donde 'el estaba tres labradoras sobre tres
borricos. Entonces, se dirigi'o de prisa a buscar a su se~nor Don Qui-
jote y le dijo que montara sobre Rocinante, pues iba a entrevistarse
con Dulcinea, que se acercaba acompa~nada de dos doncellas.
Salieron del bosque. Don Quijote tendi'o los ojos por todo el
camino del Toboso y como no vio m'as que a tres aldeanas
sequedo extra~nado, y as'i se lo dijo a Sancho.
Sancho Panza replic'o que no eran tres labradoras sino Dulci-
nea acompa~nada de dos doncellas, y que iban montadas no en
borricos, sino en tres caballos blancos como la nieve y que era
imposible que los caballos le pareciesen burros.
- Pues yo te digo, Sancho amigo - dijo Don Quijote -, que es
tan verdad que son burros o
burras, como yo soy don Quijote y t'ueres Sancho Panza.
Sancho insisti'o en sus afirmaciones
y adelant'andose a recibira las aldeanas se puso de rodillas
ante una de ellas y le dijo:- Reina y princesa de la hermosura, reciba a su caballero que
no es otro que el ilustre
don Quijote de la Mancha, llamado porotro nombre el Caballero de la Triste Figura.
Miraba Don Quijote a la que Sancho llamaba reina y princesa,
pero no ve'ia en ella m'as que una aldeana y no de muy buen
rostro, la cual dijo mal humorada:
- "Ap'artense
del camino y d'ejennos pasar, que vamos deprisa".
Sancho insisti'o a'un en que se detuviera para hablar con el famoso
caballero andante, y don Quijote, dirigi'endose a la que cre'ia
Dulcinea del Toboso, exclam'o en voz alta:
213
- Gentileza
humana, no dejes de mirarme amorosamente.- Sigan su camino y d'ejennos hacer el nuestro, que si no,
podr'a costarles caro - replic'o la moza.
Entonces don Quijote se levant'o, Sancho se apart'o, y las
aldeanas se pusieron a correr montadas en sus borricos.
Sancho se quedo contento de que la comedia le hubiera salido
tan bien y don Quijote, despu'es de haber seguido con la vista a las
aldeanas, volvi'ose a su escudero y le dijo:
- Mira hasta donde llega la maldad de
los encantadores,ellos han puesto nubes en mis ojos para que la hermosura de
Dulcinea se transformara en una figura tan baja y tan fea
comola de aquella aldeana y as'i me han privado
de la felicidad de vera mi se~nora tal como ella es. Y juntamente le quitaron lo que es
tan
suyo de las principales se~noras, que es el buen olor, porandar siempre entre flores. Porque te hago saber, Sancho, que
cuando llegu'e a subir a Dulcinea sobre su caballo (seg'un t'u dices,
que a m'i me pareci'o borrica), me dio un olor de ajos
crudos queapenas me abog'o.
Vocabulario
•encantado(f)?
•
,
en vano
• acceder vi
•
labradora(f)
• borrico
•
entrevistarse
doncella(f)
,
• aldeana(f)
•
• afirmaci'on(f)
•
ponerse de rodillas -
• ilustre
•
,
• apartarse
•
•gentileza(f)
• maldad(f)
•
,
214
encantador
feo
,
privar
olorm
ajom
ahogar vi
1. ?Para qu'e Don Quijote quiso dirigirse al Toboso?
2. ?Qu'e propuso Sancho Panza a Don Quijote despu'es de haber
buscado en vano el palacio de Dulcinea?
3. ?Qu'e pens'o hacer Sancho en vez de ir al Toboso de nuevo
al d'ia siguiente?
4. ?A qui'en vio Don Quijote en el camino?
5. ?C'omo explic'o Don Quijote a s'i mismo que no pudiera ver
la hermosura de Dulcinea?
6. ?Por qu'e Sancho Panza se qued'o contento?
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-
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El mozo que se cas'o
con una mujer brava5
En el siglo XIV en Espa~na vivi'o un escritor muy culto Don
Juan Manuel. Recogi'o cuentos espa~noles, cuentos 'arabes y de
otros pa'ises y los escribi'o con mucho cuidado. As'i compuso
"El Conde Lucanor", una de las m'as hermosas obras escritas
en castellano. Don Juan Manuel imagina un joven conde,
elConde Lucanor, el cual tiene de maestro a Patronio. Y el maestro
Patronio contesta a las preguntas que le hace su disc'ipulo,
cont'andole cuentos que le sirven de lecci'on. He aqu'i uno de
estos cuentos.
En una ciudad 'arabe hab'ia un hombre muy rico y honrado que
ten'ia una hija 'unica, guapa y joven, pero con el m'as endiablado
car'acter. Ni padre, ni madre, ni maestros, ni criados pod'ian resistir
5 Cuento adaptado del libro "El conde Lucanor" de Don Juan Manuel. 216
los constantes arrebatos de su c'olera, y el viejo moro no deseaba
otra cosa sino encontrar marido con quien casarla. Pero no hab'ia
en la ciudad hombre bastante valeroso para tomar por mujer a
aquella furia.
Cerca de su casa viv'ia otro moro, no inferior
a 'el en sangre yfama, aunque pobre. Ten'ia un solo hijo muy bueno y talentoso. El
mozo quer'ia emprender
alg'un lejano viaje del cual pensaba regre-sar con dineros bastantes para no llevar una vida limitada y no